Que Significa Gravedad Especifica En La Orina
Análisis de orina El empleo de esta prueba tiene origen milenario, utilizada por Hipócrates y descrita por Galeno. La metodología avanzó desde finales del siglo XIX, permaneciendo como parte del análisis “el principio de la utilización de los sentidos para identificar el olor y el color de la orina”. Angelisa B. Franceschini, MD Patóloga Clínica y Anatómica Laboratorios Borinquen La presencia de elementos celulares puede indicar procesos inflamatorios vasculares, nefritis o nada, Cuando esta prueba se hace adecuadamente es una de las herramientas más costo-efectivas. Debe ser solicitada e interpretada por el médico con un propósito diagnóstico. La utilidad de la prueba se ve reforzada al obtenerse la muestra en el momento más adecuado. | Lo ideal es que sea: la primera orina de la mañana y de no ser posible debe obtenerse luego de una hora de la última micción. La muestra debe ser a la mitad de la micción. | Si la muestra es obtenida en la oficina del médico o en el hogar, debe ser transferida inmediatamente al laboratorio con el envase bien sellado. Una muestra cateterizada en mujeres y niñas es mejor para cultivo cuando se sospecha infección, para evitar contaminación por organismos de la uretra y por la piel. Características físicas: Color: pálido, amarillo oscuro o ámbar. La ingesta de alimentos, medicamentos o vitaminas, sangre, mioglobina alteran la apariencia. Olor: algunos olores significan un desorden metabólico como fenilcetonuria- mohoso; cetoacidosis diabética- frutoso. Turbidez: normalmente no está presente; material celular, proteínas o precipitación benigna de sales al refrigerarse. pH: (5.5-6.5) refleja la capacidad del cuerpo de mantener el balance ácido-base. Un pH >7.0 puede ser por infección bacteriana produciendo ureasa, una alcalosis metabólica o respiratoria; pH <6.0 en dieta alta en carnes, diarreas, enfisema. La formación de piedra renal está relacionada al pH. Gravedad especifica: (1.010-1.025) indica el grado de hidratación y capacidad de concentración del riñón (>1.025). Valor >1.035 en deshidratación, contaminación, altos niveles de glucosa, tintes radiopacos, fallo hepático o cardiaco. Glucosa: diabetes, terapia de esteroide, Síndrome de Cushing; comidas fuertes y stress. Acetona: activación del metabolismo de grasa cuando no se ingiere carbohidratos o hay un defecto del metabolismo de carbohidratos. El descontrol de diabetes es lo más común, insulina insuficiente, vómitos, diarreas, fiebre y caquexia. Proteína: globulina y albúmina; excreción > 150mg/dl es proteinuria y es característica de enfermedad renal; proteinuria podría ser intermitente (fisiológica por postura, fiebre, ejercicio). Nitritos: indica infección por Enterobacteriaceae, E.coil, Proteus, Klebsiella entre otros. Esterasa leucocitaria: producida por los neutrófilos; 75-95% sensitiva, para infección. Sangre: hematuria en enfermedad renal, infección, tumor, eclampsia, sickle cell anemia, trauma, y contaminación en el periodo menstrual. Bilirrubina: (directa, 0.02 mg/dl) aumenta en enfermedad hepática, obstrucción biliar. Urobilinógeno: (0.1-1.0 mg/dl) cualquier condición que aumente la formación de bilirrubina o condición que afecte la absorción de urobilinógeno de la circulación portal; útil en el seguimiento del tratamiento. El estudio microscópico de la orina debe hacerse antes del reporte final. : Análisis de orina

¿Qué significa tener gravedad específica alta en orina?

El aumento en la gravedad específica de la orina puede deberse a: Deshidratación. Diarrea. Sudoración excesiva.

¿Qué indica la gravedad específica?

Esto incluye la determinación de la gravedad específica (SG) y densidad aparente (BD) de rocas, minerales y agregados, utilizando el picnómetro y el método de agua y aire o el método de la cera si se necesita. Estas pruebas se efectúan regularmente en muchos laboratorios de SGS.

una identificación precisa y exacta de la composición mineral de las muestras, incluyendo metales valiosos y otros elementos que pueden complicar el procesamiento apoyos para el método de procesamiento eficaz de su mineral dimensionamiento adecuado de los equipos de procesamiento el peso exacto de los minerales, que se necesita para calcular costes de envío y almacenamiento

La “gravedad específica” es la densidad de un material en relación con el agua. Dado que las rocas constan de varias fases distintas de mineral, no tienen una gravedad específica fija. En cambio, la “densidad aparente” de una roca se obtiene como resultado del porcentaje de todos los minerales de una muestra multiplicados por la gravedad específica de cada uno de ellos.

  • SGS posee una gran experiencia en la determinación de estos parámetros, incluida la identificación de fases minerales utilizando QEMSCAN®.
  • Los expertos de SGS trabajan en condiciones de laboratorio controladas minuciosamente, para determinar la gravedad específica y la densidad aparente de su muestra.

Nuestros procedimientos de prueba SG y BD incluyen el picnómetro, estándar en el sector, y de ser necesario el método de agua y aire o el método de la cera. SGS ofrece la serie completa de servicios de pruebas físicas para el sector del mineral. Nuestras pruebas de gravedad específica y de densidad aparente ofrecen información clave que usted necesita para planificar y diseñar sus operaciones de procesamiento.

¿Qué significa gravedad específica 1.030 en examen de orina?

En general, los valores normales para la densidad de la orina son los siguientes: De 1.005 a 1.030 ( densidad normal ) 1.001 después de tomar cantidades excesivas de agua. Más de 1.030 después de evitar los líquidos.

¿Qué significa tener 1.010 de densidad en la orina?

¿Cómo debe ser la densidad urinaria en niños? – En términos generales, un niño tiene una relativa hidratación cuando la densidad es menor de 1.010g/l y una relativa deshidratación cuando es mayor de 1.020 g/l. Se denomina hipostenuria a la orina con densidad urinaria menor a 1.010 g/l, isostenuria con densidad urinaria de 1.010-1.020 g/l e hiperstenuria con densidad urinaria mayor a 1.020 g/l.

¿Cuál es el pH de la orina de una persona sana?

Es un examen que mide el nivel de ácido en la orina. Después de que usted entrega la muestra de orina, esta se analiza de inmediato. El proveedor de atención médica utiliza una tira reactiva hecha con una almohadilla con escala cromática. El color en la tira reactiva le indica al proveedor el nivel de ácido en su orina.

Acetazolamida Cloruro de amonio Mandelato de metenaminaCitrato de potasio Bicarbonato de sodioDiuréticos tiazídicos

NO deje de tomar ningún medicamento antes de hablar con su proveedor. Consuma una alimentación equilibrada y normal durante varios días antes del examen. Tenga en cuenta que:

Una dieta rica en frutas, verduras o productos lácteos distintos al queso puede aumentar el pH de la orina.Una dieta rica en pescado, carne o queso puede disminuir el pH de la orina.

El examen implica únicamente la micción normal. No produce ninguna molestia. Su proveedor puede ordenar este examen para verificar si hay cambios en los niveles de acidez en la orina. Se puede realizar para ver si usted:

Está en riesgo de presentar cálculos renales, Se pueden formar diferentes tipos de cálculos según cuánta acidez tenga la orina.Tener una afección metabólica, como acidosis tubular renal.Necesita tomar ciertos medicamentos para tratar infecciones en las vías urinarias. Algunos medicamentos son más efectivos cuando la orina es ácida o no ácida (alcalina).

Los valores normales fluctúan entre 4.6 y 8.0 en el pH. Los ejemplos de arriba son mediciones comunes para los resultados de estos exámenes. Los rangos de los valores normales pueden variar ligeramente entre diferentes laboratorios. Algunos laboratorios utilizan diferentes mediciones o analizan muestras diferentes.

Riñones que no eliminan apropiadamente los ácidos (acidosis tubular renal)Insuficiencia renalBombeo del estómago (succión gástrica para extraer el líquido del estómago)Infección en el tracto urinarioVómitos

Un pH bajo en la orina puede deberse a:

Cetoacidosis diabéticaDiarreaDemasiado ácido en los líquidos corporales ( acidosis metabólica ), como la cetoacidosis diabética Inanición

Este examen no presenta ningún riesgo. Bushinsky DA. Kidney stones. In: Melmed S, Auchus RJ, Goldfine AB, Koenig RJ, Rosen CJ, eds. Williams Textbook of Endocrinology,14th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 32. Fogazzi GB, Garigali G. Urinalysis. In: Feehally J, Floege J, Tonelli M, Johnson RJ, eds.

  1. Comprehensive Clinical Nephrology,6th ed.
  2. Philadelphia, PA: Elsevier; 2019:chap 4.
  3. Hamm LL, DuBose TD.
  4. Disorders of acid-bace balance.
  5. In: Yu ASL, Chertow GM, Luyckx VA, Marsden PA, Skorecki K, Taal MW, eds.
  6. Brenner and Rector’s The Kidney,11th ed.
  7. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 16.
  8. Riley RS, McPherson RA.

Basic examination of urine. In: McPherson RA, Pincus MR, eds. Henry’s Clinical Diagnosis and Management by Laboratory Methods,24th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2022:chap 29. Versión en inglés revisada por: David C. Dugdale, III, MD, Professor of Medicine, Division of General Medicine, Department of Medicine, University of Washington School of Medicine.

¿Qué significa un pH de 5 en la orina?

Preguntas y respuestas 15 junio 2021 Hola amiga, has hecho clic en una pregunta realmente interesante: ¿qué indica el pH de la orina? Voy a explicar brevemente lo que indica el pH de la orina y cómo puede ayudarte a reconocer la cistitis, El pH de la orina mide si nuestro organismo se encuentra en una situación de equilibrio o desequilibrio, gracias a una escala de valores que va desde el 0 hasta el número 14.

Si el pH de la orina es superior a 7, la orina suele considerarse alcalina y podría ser un signo de infecciones urinarias, como la cistitis, Si, por el contrario, el pH es bajo, por debajo del número 5, la orina se define como ácida y podría provocar la formación de cálculos renales o la inflamación de la vejiga,

En estos casos, te sugiero que acudas a tu médico y te hagas un urinocultivo : la prueba de orina que permite ver si tu vejiga está inflamada o cargada de bacterias. Por último, el pH de la orina es óptimo y neutro si no es inferior a 5 ni superior a 8. Si necesitas más consejos, estoy a tu disposición, Aquí para ti está Dimann, Un gran abrazo,

¿Qué significa gravedad específica 1.028 en examen de orina?

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GRAVEDAD ESPECÍFICA DE LA ORINA La gravedad específica en la orina mide la concentración de partículas en una solución. Los valores normales están entre 1.002 a 1.028. El aumento de la gravedad específica en orina puede indicar: Deshidratación Diarrea Sudoración excesiva Glucosuria Insuficiencia cardíaca (relacionada con la disminución del flujo sanguíneo a los riñones) Estenosis de la arteria renal Síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH) Vómitos Consumo restringido de agua La disminución de la gravedad específica en orina puede indicar: Consumo excesivo de líquidos Diabetes insípida central Diabetes insípida nefrogénica Insuficiencia renal (es decir, pérdida de la capacidad para reabsorber agua) Pielonefritis Otras condiciones por las que puede realizarse el examen: Necrosis tubular aguda ITU complicada (pielonefritis) Síndrome hepatorrenal Nefritis intersticial

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¿Qué significa tener 1.025 de densidad en la orina?

De 1.015 a 1.025: Orina Normal, debido a que no existe lesión en riñones y la hormona antidiurética se encuentra regulando adecuadamente la cantidad de orina que se excreta así como la absorción de nutrientes y electrolitos a nivel renal.

¿Qué pasa si el pH de la orina es 8?

Por ejemplo, un valor de pH urinario cercano a 8 con presencia de nitrito en el análisis de orina, que normalmente no está presente, indica la existencia de una infección bacteriana en las vías urinarias.

¿Qué pasa si mi pH de orina es 8?

Una orina se considera neutra, cuando tiene un valor de 7. Cuando hay un valor aproximado de 8, puede indicar la presencia de una infección bacteriana en las vías urinarias.

¿Cuál es el nivel de pH normal en una mujer?

Resumen Objetivos Valorar la utilidad de la determinación del pH vaginal en el primer control del embarazo para el diagnóstico de vulvovaginitis y su relación con la patología obstétrica. Material y métodos Hemos realizado el estudio en 200 embarazadas de bajo riesgo. Efectuamos el pH vaginal en el primer control del embarazo a las gestantes. Independientemente de su sintomatología, tomamos cultivo de exudado vaginal (CEV) a 103 pacientes; a las otras 97 pacientes lo realizamos si tenían síntomas y/o un pH > 4,5. Solo pusimos tratamiento si eran sintomáticas. Seguimos la evolución de sus embarazos para valorar su patología obstétrica y sus partos. Resultados La media de pH en la muestra fue 4,41 (4,04–4,78). Encontramos una asociación estadísticamente muy significativa entre la elevación de pH vaginal superior a 4,5 y el aislamiento mediante cultivo de Gardnerella vaginalis (G. vaginalis) (p < 0,000), con un OR de 35,15 (4,67–730,39). La mayoría de los cultivos fueron normales, y los gérmenes aislados por orden de frecuencia fueron: Candida albicans (C. albicans) (17,5%), G. vaginalis (7,8%) y Streptococcus agalactiae (7,8%), siendo más del 85% de las gestantes portadoras asintomáticas. La patología obstétrica registrada en nuestra muestra ha sido: amenazas de parto prematuro (2%), roturas prematuras de membranas (2%), partos pretérmino (4,5%) y abortos espontáneos (6%). Conclusiones El pH vaginal puede ser una buena prueba de cribado para el diagnóstico de vaginosis bacterianas. El germen más prevalente en nuestra muestra ha sido C. albicans siendo la mayoría de gestantes portadoras asintomáticas. No hemos encontrado relación entre la patología obstétrica registrada y los gérmenes aislados en los cultivos de exudado vaginal. Palabras clave: pH vaginal Vulvovaginitis Patología obstétrica Abstract Objective To assess the usefulness of vaginal pH determination in the first prenatal visit in the diagnosis of vulvovaginitis and its association with obstetric abnormalities. Material and methods We determined vaginal pH in the first prenatal visit in 200 low-risk pregnancies. In 103 women, vaginal secretions were cultured, independently of their symptoms. In the remaining 97 women, culture was performed only if symptoms were present and/or pH was >4.5. Treatment was prescribed in symptomatic women only. The pregnancies were followed up to evaluate obstetric abnormalities and data on deliveries. Results The mean pH in the study sample was 4.41 (4.04–4.78). We found a statistically significant association ( P <.000) between an increase in vaginal pH over 4.5 and isolation through culture of Gardnerella vaginalis (G. vaginalis), with an OR of 35.15 (4.67–730.39). Most cultures were normal. In order of frequency, the identified microorganisms were Candida albicans (C. albicans) (17.5%), G. vaginalis (7.8%) and Streptococcus agalactiae (7.8%). More than 85% of the carriers were asymptomatic. Obstetric pathology in our sample consisted of preterm labor (2%), premature rupture of membranes (2%), preterm delivery (4.5%) and miscarriage (6%). Conclusions Vaginal pH determination might be an effective screening test for the diagnosis of bacterial vaginosis. The most prevalent microorganism in our sample was C. albicans and most carriers were asymptomatic. We found no relationship between obstetric pathology and the microorganisms isolated in cultures of vaginal secretions. Keywords: Vaginal pH Vulvovaginitis Obstetric pathology Texto completo Introducción A pesar de todos los avances científicos seguimos sin conocer cuál es la principal causa de los partos pretérmino. Existen múltiples factores relacionados, pero quizás uno de los más importantes 1 sean las infecciones vulvovaginales. Existen diferentes programas de detección y tratamiento de las infecciones del aparato genital para prevención del parto prematuro 2,3, pero existen muy pocos estudios sobre la determinación del pH vaginal durante el embarazo como prueba de cribado en el diagnóstico de vulvovaginitis 4,5, El pH se considera uno de los cuatro criterios clínicos descritos por Amsel desde 1983 6 para el diagnóstico de vaginosis bacteriana. Las causas de las vulvovaginitis 7 en la población general son en un 90% infecciosas y los gérmenes implicados por orden de frecuencia son: gardnerella (40-50%), cándida (20-25%) y tricomonas (15-20%). Pero existen variaciones según la población estudiada y hay muchos menos estudios de su prevalencia durante el embarazo 8–11, Por otra parte, no todos los gérmenes se han relacionado con la patología obstétrica, los más estudiados han sido las vaginosis bacterianas y, sin embargo, no se han relacionado con esta patología las candidiasis 12, Los objetivos de nuestro estudio han sido, por un lado, valorar la utilidad de la determinación del pH vaginal en embarazadas de bajo riesgo de nuestro medio para el diagnóstico de vulvovaginitis y, por otra parte, determinar la influencia de la infección vaginal en el desarrollo de la patología obstétrica. Material y métodos Hemos efectuado el estudio a 200 embarazadas de un ambulatorio de Bilbao. Durante el primer control de embarazo, normalmente entre las semanas 11 y 14, e independientemente de su sintomatología, efectuamos el pH (mediante tira de pH vaginal) junto con el cultivo de exudado vaginal (CEV) en las 103 primeras pacientes. En las 97 restantes, realizamos el pH y únicamente tomamos CEV si tenían un pH > de 4,5 y/o clínica de vulvovaginitis. Siguiendo las recomendaciones actuales del Centers for Disease Control and Prevention (CDC) 12, Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) 13 y la revisión bibliográfica efectuada 14, en ambos grupos indicamos tratamiento solamente si las pacientes eran sintomáticas. En cada gestante recogimos los siguientes datos: edad, paridad, antecedentes obstétricos y ginecológicos, sintomáticas o asintomáticas, citología, pH, CEV, tratamiento, patología obstétrica (amenaza de parto prematuro, rotura prematura de membrana, abortos) y datos del parto (semanas de gestación y tipo de parto). Para la realización del estudio estadístico descriptivo en variables cuantitativas se emplearon las medidas de tendencia central y de dispersión habituales (media, mediana, varianza y desviación típica) y el cálculo de las distintas frecuencias observadas en las variables cualitativas. Se estudió la asociación entre los resultados de los cultivos obtenidos y la medición del pH vaginal mediante un test exacto de Fisher. Todos los cálculos estadísticos fueron llevados a cabo mediante los programas EpiInfo v.2.3 (CDC, Atlanta, EE.UU.) y PASW Statistics v.18 (IBM Corp., Somers, EE.UU.). Resultados La media de pH en nuestra muestra de 200 gestantes fue de 4,41 (4,04-4,78) coincidiendo con los valores normales de pH reflejados en la literatura en las mujeres en edad fértil 5, La edad media registrada ha sido de 32,3 (16-47) años, siendo 107 gestantes multíparas. Con respecto a los datos del parto, la media fue de 39 semanas (31-42 s), con el 64,4% de partos eutócicos, 15,2% de cesáreas, 13,6% de partos instrumentales y 6,8% de abortos. Para relacionar la sintomatología clínica con el valor del pH y el resultado del CEV, dividimos los datos en dos grupos: el primero de 103 gestantes a las que realizamos el pH y el CEV independientemente de su sintomatología ( fig.1 ). En el segundo grupo de 97 embarazadas ( fig.2 ) efectuamos el pH a todas las gestantes, pero únicamente recogimos el CEV si el pH era > 4,5 y/o tenían sintomatología de vulvovaginitis. Esto lo hemos realizado teniendo en cuenta que no hemos tenido ningún caso de vaginosis bacteriana en pacientes asintomáticas con un pH normal, y que en las portadoras asintomáticas de estreptococo y/o cándida durante el embarazo no se recomienda su tratamiento. Para poder estudiar las portadoras asintomáticas, analizamos los resultados de los cultivos ( tabla 1 ), centrándonos en el primer grupo de gestantes, en el que realizamos pH y CEV a todas las gestantes. Si valoramos los cultivos de toda la muestra de 200 gestantes, los resultados globales han sido: 58 (29%) no realizados por pH normal y estar asintomáticas, normales 84 (42%) y patológicos 58 (29%), con 30 (15%) de cándidas, 21 (10,5%) de gadnerella (todas menos una con pH > 4,5), 13 (6,5%) de estreptococo y una (0,5%) caso de gonococo. En 7 (3,5%) casos se aislaron varios gérmenes. Se observó una asociación estadísticamente muy significativa entre la elevación de pH vaginal y el aislamiento mediante cultivo de Gardnerella vaginalis (G. vaginalis) (p < 0,000), lo que sugiere que el aumento del pH pudiera estar ligado con el sobrecrecimiento de dicho microorganismo. Calculando la OR entre los valores de pH vaginal superiores a 4,5 y el aislamiento de G. vaginalis en cultivo obtuvimos un valor de 35,15 (4,67-730,39) lo que nos indica que tenemos una posibilidad 35 veces mayor de aislar dicho microorganismo en una muestra vaginal con un pH mayor de 4,5 respecto a aquellas con un pH inferior a este punto de corte. Otro objetivo de nuestro estudio ha sido relacionar los resultados de los cultivos con la patología obstétrica ( tabla 2 ) para lo que seguimos la evolución del embarazo en todas las pacientes. Hemos tenido 4 (2%) amenazas de parto prematuro. En una de ellas, sintomática en el primer control de embarazo y con un pH normal, aislamos Candida albicans (C. albicans), por lo que la tratamos, siendo el parto a las 38 semanas. Las otras tres gestantes estaban asintomáticas, y tenían un pH normal (dos de ellas no tenían recogido CEV en el primer control del embarazo). Una de éstas tuvo un RPM y parto a las 36 semanas; en la otra, se había aislado C. albicans, pero no se puso tratamiento por estar asintomática, teniendo un parto pretérmino a las 31 semanas. Hemos tenido 9 casos (4,5%) de parto pretérmino. Uno de ellos fue un caso de prematuridad severa a las 31 s; otro, un caso de prematuridad moderada, que era asintomática, con pH normal y CEV (cándida) en la primera consulta, y que tuvo RPM y parto prematuro a las 33 s. La gran mayoría, 7 pacientes, presentaron prematuridad leve, siendo todas ellas asintomáticas en el primer control (6 tenían un pH normal y una un pH > de 4,5 con CEV normal). Entre los 9 partos pretérmino tres fueron espontáneos y 6 inducciones (4 de las cuales tras rotura prematura de membranas). Realizamos en estas pacientes tres cesáreas todas ellas después de inducciones por diferentes motivos: una por colestásis, otra por crecimiento intrauterino retardado (CIR) + preeclampsia ambas finalizaron en cesárea por riesgo de pérdida de bienestar fetal y la tercera cesárea fue por detención secundaria de la dilatación tras inducción debido a RPM. Si analizamos las 4 (2%) roturas prematuras de membranas, todas eran asintomáticas y tuvieron un pH normal en el primer control del embarazo. Una de ellas no se hizo CEV, y corresponde con el caso anteriormente comentado de la APP y RPM con parto a las 36 semanas; en otra, el CEV fue normal, pero tenía un útero polimiomatoso y rompió la bolsa a las 32+5 s con parto en la 34 s; en la tercera se aisló cándida, no se puso tratamiento y el parto fue a las 33 s; y por último, en la cuarta, se aisló cándida + estreptococo, no se realizó tratamiento y el parto fue a las 36 s. Además tuvimos 12 (6%) abortos: 6 tenían un aborto previo, dos de ellas cirugía uterina anterior y todas ellas estaban asintomáticas. El pH fue normal en 9 de las gestantes con CEV: 5 no realizados, tres normales, una cándida y un estreptococo (único caso de coriamnionitis postamiocentesis) y en tres pacientes el pH fue > de 4,5 con dos CEV normales y una G. vaginalis, Para terminar solo tuvimos un caso de feto muerto intrauterino a las 33 s después de intento de drenaje de derrame pleural severo. Esta paciente tuvo todo el control del embarazo normal (pH, CEV, serologías, estudio cromosómicos) sin encontrarse ninguna causa del derrame. Discusión Actualmente las infecciones se consideran uno de los factores patogénicos 15 del parto pretérmino susceptible de ser diagnosticado y tratado. Dentro de ellas se encuentran las vulvovaginitis. Aunque se han relacionado con diferentes gérmenes, no es tan fácil encontrar su relación causal, y su tratamiento muchas veces es controvertido. No parecen existir dudas en cuanto al tratamiento de las pacientes sintomáticas 12,13 y, sin embargo, no se recomienda su tratamiento en mujeres asintomáticas, aunque podrían beneficiarse algunas gestantes de alto riesgo obstétrico con vaginosis bacteriana. Las vaginosis bacterianas se han relacionado en múltiples estudios 18–23 con el parto pretérmino. Para su diagnóstico se deben cumplir tres de los 4 criterios clínicos de Amsel 6 : flujo homogéneo, blanco-grisáceo que cubre suavemente las paredes vaginales, pH > 4,5, test de aminas positivo (fuerte olor a pescado al añadir KOH al 10%, que también sucede con las relaciones sexuales al contacto con el semen), y células clave en el frotis en fresco. El cultivo vaginal no se recomienda para su diagnóstico porque aparece la G. vaginalis hasta en el 50% de las mujeres asintomaticas 12, En nuestro estudio hemos intentado valorar la utilidad de la determinación del pH para el diagnóstico de las vulvovaginitis teniendo en cuenta la facilidad de realización de la prueba y su bajo coste. Los valores del pH vaginal considerados normales en una mujer fértil se sitúan entre 4-4,5 debido a los lactobacilos productores de peróxido de hidrogeno y ácido láctico de la flora vaginal que acidifican el flujo protegiéndoles de infecciones. Sin embargo, en la premenarquia y postmenopausia el pH es > 4,7 ya que, debido al déficit estrogénico, se produce menos glucógeno, que es el sustrato para el crecimiento de los lactobacilos 7, También en algunas infecciones vaginales, como las vaginosis bacterianas y las tricomoniasis, el pH es > 4,5. No sucede lo mismo en las candidiasis, que coinciden con valores normales (4-4,5) por lo que la determinación del pH vaginal no es útil para su diagnóstico. Los valores de pH que aparecen en la literatura han sido confirmados en nuestras gestantes, con un valor medio medido de 4,41. La mayoría, 19 de los 30 casos de cándida aislados tuvieron un valor normal de pH, y de las 11 en las que el pH fue > 4,5, en 4 aislamos varios gérmenes. Encontramos 13 casos de Streptococcus agalactiae (S. agalactiae), 5 con un pH normal y 8 con pH > 4,5. Lo más llamativo de nuestros resultados ha sido que de los 21 casos de G. vaginalis todos menos una han tenido un pH > de 4,5. Esto corroboraría el valor diagnóstico del pH para el diagnóstico de las vaginosis bacterianas, como ya fue descrito por Amsel en 1983 6 considerándolo uno de los 4 criterios clínicos para su diagnóstico. Para poder analizar las portadoras asintomáticas reflejaremos los datos del primer grupo de 103 gestantes a las que realizamos pH junto con CEV. Los cultivos fueron normales en el 68,9% de las gestantes, de las cuales el 94,4% estaban asintomáticas. En el 17,5% aislamos C. albicans (88,9% asintomáticas); G. vaginalis apareció en el 7,8% de gestantes (87,5% asintomáticas) y S. agalactiae en el 7,8% (87,5% asintomáticas). Nuestros datos difieren con los encontrados en la literatura 7,8,13 que aíslan la cándida en el 20-25% de las vulvovaginitis (10-50% asintomaticas); gadnerella en el 40-50% (hasta más del 50% asintomaticas) y tricomonas en el 15-20% (5-15%). Estas variaciones en los datos recogidos probablemente tengan que ver con las diferencias existentes según la población estudiada 9–11 debiéndose tener en cuenta que nuestra muestra contiene solo mujeres embarazadas de bajo riesgo. En cuanto al tratamiento de las vulvovaginitis durante el embarazo existe consenso en tratar a las gestantes solo si tienen clínica, siendo las pautas recomendadas por el CDC 12 y la SEGO 13 : para las candidiasis, derivados azólicos locales en pauta larga, 7 días (nosotros utilizamos el clotrimazol o fenticonazol); en los casos de vaginosis bacteriana metronidazol o clindamicina (utilizamos metronidazol gel durante 5 días); y en las tricomonas se recomienda metronidazol oral 2 g dosis única (no tuvimos ningún caso en nuestra muestra). Tampoco se deben tratar las candidiasis en embarazadas sin clínica, ya que no se han relacionado con resultados adversos durante el embarazo 17, Sin embargo, el diagnóstico y tratamiento de la gestante asintomática con una vaginosis bacteriana es controvertido 3,18–23, Según el CDC 12, y apoyándose en múltiples estudios 14-22, podría reducir el riesgo de prematuridad en gestantes de alto riesgo por parto pretérmino previo, pero existen datos insuficientes para hacer una recomendación como práctica rutinaria. Ya que la población estudiada era en principio de bajo riesgo obstétrico, únicamente tratamos a las pacientes sintomáticas, pero seguimos la evolución de los embarazos de toda la muestra. La patología obstétrica recogida en nuestras gestantes ha sido: Cuatro casos (2%) de APP. Este dato es difícil de comparar con la literatura ya que muchas corresponden con falsas amenazas de parto prematuro. Lo que sí se recoge en los trabajos consultados son los partos pretérmino, que suelen suponer entre un 8-10% 24, aunque en nuestra muestra ha sido algo inferior: 9 casos, lo que supone un 4,5%. Probablemente, esta disparidad tenga que ver con que nuestras gestantes son de bajo riesgo obstétrico. No tuvimos ningún caso de prematuridad extrema (< 28 s), y en la mayoría de casos, 7 (77,7%), los partos se produjeron entre la 34-36 + 6 s, lo que constituye un grado de prematuridad leve, coincidiendo con los datos recogidos en la literatura 24, Hemos tenido otros 4 casos de RPM, lo que supone un 44,4% de los partos pretérmino, siendo algo más alto en nuestra muestra que en la bibliografía revisada, que habla de un 20-30% 15,24, También hemos registrado los abortos espontáneos: 12 casos (6%). La mitad de las pacientes tenía al menos un aborto previo (dos de éstas tenían cirugía uterina previa). La prevalencia es más baja que la reflejada en la literatura de entre el 10-20% de los embarazos 25, En nuestra muestra, C. albicans ha sido el germen más prevalente en las gestantes con patología obstétrica (APP, parto pretérmino, RPM y abortos), lo que posiblemente se explique porque ese ha sido el germen más frecuentemente aislado. Sin embargo, no podemos relacionar las vaginosis bacterianas con la patología obstétrica según los datos recogidos. Esto apoyaría la recomendación actual de grado 1A: no existe evidencia de que el cribado y el tratamiento de las vaginosis bacterianas reduzca el riesgo del parto pretérmino 26, Conclusiones En nuestro estudio, el pH vaginal ha resultado de gran utilidad para el diagnóstico de vaginosis bacteriana. Además, tenemos que tener en cuenta la facilidad de obtención de la muestra y el bajo coste de la prueba. Con estos datos creemos que sería interesante incorporarlo más frecuentemente a nuestro arsenal diagnóstico. Existen importantes diferencias en los gérmenes implicados en las vulvovaginitis según la población estudiada, siendo en nuestra muestra C. albicans la más prevalente. Entre las posibles etiologías del parto pretérmino queda por determinar la relación de las vulvovaginitis con la patología obstétrica. Actualmente, y con un grado de recomendación 1A, no existe evidencia de que ni el cribado ni el tratamiento de las vaginosis bacterianas en gestantes asintomáticas de bajo riesgo disminuyan el parto pretérmino, tal como lo hemos podido confirmar en nuestra muestra de 200 gestantes. Sería interesante realizar un estudio con mayor número de pacientes y adecuadamente randomizado para confirmar nuestros resultados y poder aplicarlos a la práctica clínica. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Agradecimientos A nuestra enfermera, M. Ángeles Okamika, por su ayuda incondicional para poder realizar este artículo y su apoyo a nuestra labor clínica diaria. Bibliografía M.T. Aguilar, S. Manzanares. Programas de screening. Prevención de la prematuridad. Fundamentos de obstetricia SEGO, 52 (2007), pp.431-436 Sangkomkamhang US, Lumbiganon P, Prasertcharoensook W, Laopaiboon M. Programas de detección y tratamiento de infecciones del aparato genital inferior para la prevención del parto prematuro (Revision Cochrane traducida). En: Biblioteca Cochrane Plus 2009 Número 4. Oxford: Update Software Ltd., Disponible en: http://www.update-software.com/BCP/BCPGetDocument.asp?DocumentID=CD006178 (Traducida de The Cochrane Library, 2008 Issue 2 Art no. CD006178. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.).H. Kiss, L. Petricevic, P. Husslein. Prospective randomised controlled trial of an infection screening programme to reduce the rate of preterm delivery. BMJ, 329 (2004), pp.371-375 D. Gjerdinjen, P. Fontaine, M. Bixby, J. Santilli, J. Welsh. The impact of regular vaginal pH screening on the diagnosis of bacterial vaginosis in pregnancy. Journal of Family Practice, 49 (2000), pp.39-43 A.J. Pavletic, S.E. Hawes, J.A. Geske, K. Bringe, S.H. Polak. Experience with routine vaginal pH testing in a family practice setting. Infect Dis Obstet Gynecol, 12 (2004), pp.63-68 R. Amsel, P.A. Totten, C.A. Spiegel, K.C. Chen, D. Eschenbach, K.K. Holmes. Nonspecific vaginitis. Diagnostic criteria and microbial and epidemiologic associations. Am J Med, 74 (1983), pp.14-22 Sobel JD. Diagnostic approach to women with vaginal discharge or vulvovaginal symptoms. En: UpTodate, Barbieri RL, Barss VA, editores. Fecha de revisión mayo de 2010., N Engl J Med, 337 (1997), pp.1896-1903 N. Parveen, A.A. Munir, I. Din, R. Majeed. Frequency of vaginal candidiasis in pregnant women attending routine antenatal clinic. J Coll Physicians Surg Pak, 18 (2008), pp.154-157 J.E. Tolosa, S. Chaithongwongwatthana, S. Daly, W.W. Maw, H. Gaitán, P. Lumbiganon, et al, The International Infections in Pregnancy (IIP) study: variations in the prevalence of bacterial vaginosis and distribution of morphotypes in vaginal smears among pregnant women. Am J Obstet Gynecol, 195 (2006), pp.1198-1204 M. Sutton, M. Sternberg, E.H. Koumans, G. McQuillan, S. Berman, L. Markowitz. The prevalence of Trichomonas vaginalis infection among reproductive-age women in the United States, 2001–2004. Clin Infect Dis, 45 (2007), pp.1319-1326 Workowski KA, Berman SM. Centers for Disease Control and Prevention. Sexually transmitted diseases treatment guidelines, 2006. MMWR Recomm Rep.2006 (RR-11);55:1–94. Diagnóstico y tratamiento de las vulvovaginitis. Protocolos de la SEGO 2008.H.M. Mc Donald, P. Brocklehurst, A. Gordon. Antibiotics for treating bacterial vaginosis in pregnancy. Cochrane Database of Systematic Reviews, (2007), Lockwood CJ. Overview of preterm labor and delivery. En: UpTodate, Ramin SM, Barss VA, editores. Fecha de revisión 9-2010., Robinson JN, Norwitz ER. Risk factors for preterm labor and delivery. En: UpTodate, Lockwood CJ, Barss VA, editores. Fecha de revisión 9-2010.,M.F. Cocth, S.L. Hillier, R.S. Gibbs, D.A. Eschenbach. Epidemiology and outcomes associated with moderate to heavy Candida colonization during pregnancy. Vaginal infections and prematurity study group. Am J Obstet Gynecol, 178 (1998), pp.374-380 S.L. Hillier, R.P. Nugent, D.A. Eschenbach, M.A. Kroiin, R.S. Gibbs, D.H. Martin, et al, Association between bacterial vaginosis and preterm delivery of a low-birth-weight infant. The Vaginal Infections and Prematurity Study Group. N Engl J Med, 333 (1995), pp.1737-1742 H. Leitich, M. Brunbauer, Bodner-Adler, A. Kaider, C. Egarter, P. Husslein. Antibiotic treatment of bacterial vaginosis in pregnancy: a meta-analysis. Am J Obstet Gynecol, 188 (2003), pp.752-758 J.M. Guise, S.M. Mahon, M. Aickin, M. Helfand, J.F. Peipert, C. Westhoff. Screening for bacterial vaginosis in pregnancy. Am J Prev Med, 20 (2001), pp.62-72 J.C. Carey, M.A. Klebanoff, J.C. Hauth, S.L. Hillier, E.A. Thom, J.M. Ernest, et al, Metronidazole to prevent preterm delivery in pregnant women with asymptomatic bacterial vaginosis. National Institute of Child Health and Human Development Network of Maternal-Fetal Medicine Units. N Engl J Med, 342 (2000), pp.534-540 P. Brocklehurst, M. Hannah, H. McDonald. Interventions for treating bacterial vaginosis in pregnancy. Cochrane Database Syst Rev, (2000), pp. CD000262 M. Kurkinen-Räty, S. Vuopala, M. Koskela, M. Kekki, T. Kurki, J. Paavonen, et al, A randomised controlled trial of vaginal clindamycin for early pregnancy bacterial vaginosis. BJOG, 107 (2000), pp.1427-1432 M.T. Aguilar, J. Bajo, S. Manzanares. Parto pretérmino y prematuridad. Tratamiento de la amenaza y parto pretérmino. Fundamentos de Obstetricia (SEGO), 51 (2007), pp.425-430 Aborto espontáneo. Protocolo de la SEGO. Julio de 2010., Disponible en:http://www.prosego.com/index.php?option=content&task=view&id=554&Itemid=141 Sobel JD. Bacterial vaginosis. En: UpTodate, Barbieri RL, Barss VA, editores. Fecha de revisión 5-2010., Copyright © 2011. SEGO

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¿Qué alimentos alteran el pH de la orina?

Los desequilibrios de la dieta y la presencia de tóxicos ambientales, a veces introducidos en la cadena alimenticia, son factores relacionados con cambios en el pH de la orina que, a su vez, son condicionantes para la formación de piedras en el riñón,

  1. Lo cual explica la elevada incidencia de esta patología en los países desarrollados.
  2. Se ha considerado que existen una serie de alimentos que acidifican la orina (pH de la orina por debajo de 7), como son la carne, el pescado, los huevos, el queso, las grasas animales, los aceites vegetales, los cereales, los dulces, el café, el té o el alcohol; mientras que otros la alcalinizan (pH de la orina por encima de 7), como las frutas, las hortalizas o las patatas,

No obstante, el mayor o menor consumo de estos alimentos debe estar determinado por la necesidad de alcalinizar o acidificar la orina para prevenir y corregir el desajuste del pH urinario y asegurarse de estar dentro del rango preventivo de ciertas enfermedades urológicas.

  1. Por ejemplo, la litiasis renal tiene un rango preventivo del pH urinario entre 5,5 y 6,2, ya que los cálculos renales de ácido úrico y de oxalato cálcico se suelen formar cuando la orina es ácida, o las infecciones urinarias se pueden detectar si el pH urinario es alto.
  2. Por eso, para mantener el equilibrio del pH urinario tan importante es conocer su valor como adoptar algunas medidas para corregirlo y prevenir complicaciones asociadas.

Por tanto, para equilibrar el deberemos seguir una alimentación variada, equilibrada, adaptada a cada persona y sin tóxicos y/o mediante suplementos alimenticios apropiados que permitan restaurar el equilibrio ácido-base de la orina, mantengan un buen funcionamiento de los sistemas de regulación del pH y, por ende, de todo el organismo.

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¿Qué pasa si el pH es 5?

Clasificación del pH – AEFA – Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes La escala de pH va de 1 a 14, siendo el pH 7 la disolución neutra. Si el pH es inferior a 7 la disolución es en su conjunto ácida, tanto más ácida cuanto menor sea el valor del pH. Según la escala de pH en la que se encuentre el suelo, los elementos nutritivos pueden estar o no en condiciones de disponibilidad por la planta, e incluso afectar a su grado de toxicidad. Para exponer de forma sencilla la incidencia del pH en la definición del suelo y su incidencia en los nutrientes, realizamos la siguiente clasificación:

Cuando el pH es inferior a 4,5, decimos que es extremadamente ácido y las condiciones del suelo son muy desfavorables. De 4,5 a 5 es muy fuertemente ácido y existe una posible toxicidad por efecto del aluminio. De 5,1 a 5,5 es fuertemente ácido y suele ir acompañado de deficiencia de Ca, K, Mg, N, P, S, Mo exceso de Cu, Fe, Mn, Zn, Co y la actividad bacteriana en el suelo es escasa. De 5,6 a 6 es medianamente ácido y es un suelo adecuado para la mayoría de los cultivos. De 6,1 a 6,6 es ligeramente ácido y es donde se encuentra la disponibilidad máxima de nutrientes. De 6,6 a 7,3 es neutro y los efectos tóxicos de los elementos son mínimos. De 7,4 a 7,8 se denomina medianamente básico y por lo general hay carbonato cálcico en el suelo. De 7,9 a 8,4 es básico y disminuye la disponibilidad de P y Bo, además de una deficiencia creciente de Cu, Fe, Mn, Zn. Co. Aparece la clorosis férrica. De 8,5 a 9 es ligeramente alcalino y aparecen los problemas mayores de clorosis férrica. De 9,1 a 10 es alcalino y existe la presencia de carbonato sódico en grandes cantidades. Por encima 10 es fuertemente alcalino y conlleva un elevado porcentaje de Na intercambiable. La actividad microbiana escasa y hay poca disponibilidad de micronutrientes, excepto del Mo.

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¿Qué significa gravedad específica 1.028 en examen de orina?

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Características:

Escala de Orina S.G.: 1.000 a 1.060 Escala mínima: 0.001 Resolución medida Orina S.G.: ±0.001 escala Temperatura de medición : 10 a 35 °C Temperatura ambiente: 10 a 35 °C Tamaño y Peso: 17×9×4cm, 300g Alimentación: Batería de 9 V.

GRAVEDAD ESPECÍFICA DE LA ORINA La gravedad específica en la orina mide la concentración de partículas en una solución. Los valores normales están entre 1.002 a 1.028. El aumento de la gravedad específica en orina puede indicar: Deshidratación Diarrea Sudoración excesiva Glucosuria Insuficiencia cardíaca (relacionada con la disminución del flujo sanguíneo a los riñones) Estenosis de la arteria renal Síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH) Vómitos Consumo restringido de agua La disminución de la gravedad específica en orina puede indicar: Consumo excesivo de líquidos Diabetes insípida central Diabetes insípida nefrogénica Insuficiencia renal (es decir, pérdida de la capacidad para reabsorber agua) Pielonefritis Otras condiciones por las que puede realizarse el examen: Necrosis tubular aguda ITU complicada (pielonefritis) Síndrome hepatorrenal Nefritis intersticial

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¿Qué significa tener 1.025 de densidad en la orina?

De 1.015 a 1.025: Orina Normal, debido a que no existe lesión en riñones y la hormona antidiurética se encuentra regulando adecuadamente la cantidad de orina que se excreta así como la absorción de nutrientes y electrolitos a nivel renal.